miércoles, mayo 25, 2011

Cuando encuentre la luz

Cuando encuentre la respuesta a todas las interrogantes, cuando haya visto algo que por lo general los demás no ven, cuando por fin encuentre el modo correcto. Cuando llegue ese sublime momento en que puedo saber más que otros. En ese momento quiero al mismo tiempo odiar toda pretensión y pedantería.


Se supone que encontrarse con la verdadera luz ahora todo sería más claro, pero hemos permitido sentirnos privilegiados por un pequeño destello que se ha atravesado a nuestra mirada.

Lo lógico sería empezar ayudar a otros a llegar a la luz, pero ¿en qué momento nos pareció buena idea empezar a hacer notar a aquellos que no han llegado? ¿En qué momento se tornó fascinante hacer mofa de la ignorancia de otros? ¿En qué momento nuestra misión ya no es llevar otros a la luz, sino hacer burla de aquellos ignorantes que no tienen resultados? Siendo que esos ignorantes en verdad lo están intentando y sinceramente.

Es estúpido juzgar a quienes  no pueden ver las cosas igual que tu, ya sean de tu misma casa o fuera de ella.

Es bueno cuestionar tus propios métodos, está bien dudar, cuestionar incluso podríamos lograr ser más sinceros y a mi punto de vista no hay cosa más bella que la honestidad. Pero ¿en que momento eso nos hace jueces?

Un humanismo que se jacta de superioridad ante los intolerantes, es un humanismo pretencioso y defectuoso.  El verdadero humanismo  ha de esforzarse por el bienestar de la humanidad independientemente del credo o ideología y mas aún si carece de credo o escases de ideología.

No comprometeré  mis valores, no negociaré la humildad de la sangre que me ha salvado solo por la maldita aceptación. Porque honestamente cuando hago tratos con mis opresores simplemente obtengo este maldito vacio. Mi casa será siempre mi casa aún y cuando los que estén ahí adentro no vean la realidad del mismo modo. Compartiremos el vino y el pan por la eternidad.

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